El proyecto terminó en fecha y coste. Un primer gran resultado del proyecto SRM fue el producto generado. Se cumplieron los requisitos de rendimiento y calidad. El producto fue certificado seis meses después de la entrega y el mantenimiento posterior fue mínimo.
Mis jefes me propusieron la idea de generar un producto comercial que compitiera en el mercado de los “message brokers”. El equipo de Israel estuvo feliz de volver a juntarse y en pocas semanas adaptaron el SRM hacia un producto de propósito general, válido para cualquier protocolo de intercambio de mensajes.
Incluso inventaron un nombre (BizLogic: mezcla entre WebLogic® y BizTalk®, otros productos de mercado) y un logo con bastante “gancho”. Casi llegamos a patentarlo. Desafortunadamente no hubo suerte con los clientes, quizá se hizo poco marketing.
Cuando este proyecto/producto lo presentamos en la reunión anual de mi empresa, incidimos mucho sobre estos resultados que acabo de comentar (proyecto y producto). Con la perspectiva de los años, me parece que el resultado más importante fue otro: el equipo. Cada miembro del equipo creció como individuo gracias a esta experiencia de sinergia.
Por lo que a mí respecta, yo también puedo decir que cambié a partir de aquella experiencia de hace ya más de doce años. Por primera vez sentí la “magia” que ocurre cuando un equipo se forma. Cuando las personas se unen en torno a un objetivo común, son capaces de superar todas las expectativas. El valor que aportan a las empresas grupos así, es incalculable. ¿Qué habría pasado si hubiéramos tenido suerte con los clientes? Si hubieran querido, ¡podrían haber montado su propia empresa!
Yo tuve que vivir esta experiencia para pensar dos cosas:
- Sólo por volver a ver otra vez la magia de un equipo formándose, merece la pena dedicarse a esto.
- En los proyectos hay que aspirar a SALirse, quitarse de en medio, delegar.
<Anterior
<<Inicio
No hay comentarios:
Publicar un comentario