El barco sale a la mar, se hunde y mueren todos. ¿Qué puede decirse del armador? Seguramente esto: que es culpable de la muerte de aquellos hombres. Si bien se admite que su convencimiento era honesto y verdadero, esto no puede ayudarle porque no tenía derecho a creer sobre la base de tan pobres evidencias. Su creencia fue adquirida no a partir de una paciente investigación, sino ahogando sus dudas. Y aunque al final él se sentía tan seguro que no podía pensar de otra manera, dado que él mismo se había esforzado conscientemente para adquirir ese estado mental, debe ser culpado como responsable.
Supongan ahora que el barco se las arregla después de todo para completar el viaje sin pérdidas de vidas humanas. ¿Es menos culpable el armador? Ni un ápice. Cuando algo se hace una vez, está bien o mal para siempre, independientemente de las consecuencias. El armador no habría sido inocente, simplemente no le habrían descubierto.
Lo que se decide creer no debe estar exento del juicio ético de los demás: La mera creencia es suficiente para que uno cargue con las consecuencias del comportamiento no ético, si no tiene "el derecho a creer" lo que decide creer.
¿Qué es Gestión de Riesgos?
El texto anterior pertenece al ensayo "The Ethics of Belief", de William Clifford, 1877. Antes de Clifford, se aceptaba que las creencias no podían ser consideradas a la luz del juicio ético. Se podía creer cualquier cosa que uno quisiera.
Un caso parecido al del barco de emigrantes podría ser el siguiente:
Tu jefe te pide que consideres hacerte cargo de un proyecto que tiene que terminar en Navidad, con un equipo de sólo 3 personas. Tú expresas tus dudas sobre tan ajustado plazo. Tu jefe responde: "Por eso he pensado en ti". Tú probablemente aceptarás el proyecto, la oportunidad, el prestigio… Pero también tendrás que creerte el cronograma, ese es el precio. Más tarde, darás rienda suelta a tus creencias. ¿Por qué no en Navidad? Otros proyectos han terminado en plazos reducidos ¿no? Antes de que te des cuenta, puede que te sientas confiado. El tiempo probará lo contrario, sin duda, pero de momento, estás prácticamente seguro de que se puede realizar el trabajo. Sí, eso es lo que crees, ¿pero tienes derecho a creerlo?
Probablemente no hay trabajo en el mundo para el que sea más necesario tener que creer cosas imposibles que la gestión de proyectos. Día tras día, nos convencemos a nosotros mismos para creer en un plazo, un presupuesto o un factor de productividad, que más tarde el tiempo demuestra que eran completamente imposibles.
La ciencia que se ocupa de creer sólo lo que se tiene derecho a creer se llama Gestión de Riesgos.
Esta disciplina esencial aplica los principios éticos sobre las creencias de Clifford a cualquier esfuerzo que contenga elementos de incertidumbre. A Vd. le servirá como guía a través de dicho esfuerzo (un proyecto, por ejemplo) para eliminar el entramado de pequeñas mentiras y auto-embaucamientos que han trabado su trabajo en el pasado. Será su alternativa para no creer cosas imposibles.
Gestión de Riesgos es Gestión de Proyectos para Adultos
Una característica que define la madurez de las personas es nuestra facultad para hacerle frente a los problemas de la vida, desde los más nimios a los devastadores. Un niño pequeño tiene excusa para no pensar en la amenaza nuclear, la degradación del medio ambiente, secuestros, injusticias, violaciones, etc. Pero como padres hay que pensar en todo eso, a menos que estemos seguros de que su ignorancia temporal no termina en tragedia.
La Gestión de Riesgos es el proceso de pensar en acciones correctivas antes de que los problemas ocurran, mientras son meras abstracciones. Un riesgo es un evento futuro posible que produciría un resultado no deseado. También suele emplearse la palabra riesgo para designar al efecto mismo no deseado, en lugar de la causa. A veces se usa esta definición circular, muy gráfica: Un riesgo es un problema que aún no ha ocurrido. Un problema es un riesgo que se ha materializado.
Lo contrario a Gestión de Riesgos se llama Gestión de Crisis, y consiste en intentar descubrir qué hacer con los problemas después de que ocurren.
Este texto está extraído del libro:
Waltzing with Bears: Managing Risk on Software Projects
Tom DeMarco & Timothy Lister
Dorset House Publishing, 2003
Tom DeMarco & Timothy Lister
Dorset House Publishing, 2003
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