Hubo un tiempo en el que yo pensaba que todo en la vida era técnica. Para todo problema existía al menos una técnica o herramienta adecuada. El ser humano ganó la carrera evolutiva gracias a su destreza para usar herramientas. Dominando suficientes técnicas se podía triunfar en la vida:
- ¿Quieres ser buen judoka? Aprende bien las técnicas de combate en pié y en suelo, entrena tus mejores llaves. En las competiciones, mejor si eres zurdo, hay picardías como esquivar el agarre, pisar, rozar la cara del contrario con el kimono, soltarse el cinto (el árbitro te dará una pausa para que te lo coloques y de paso recuperarás el aliento).
- ¿Quieres ser buen estudiante? Consigue buenos apuntes y exámenes de otros años, estudia intensamente los días antes del examen, con mayor esfuerzo lo que sabes que va a caer. Selecciona con cuidado a tu compañero de laboratorio.
- ¿Quieres aprender inglés? Contrata una semana de inmersión, clases particulares con un nativo, que a tus hijos los cuide una au pair americana o inglesa, algo se te pegará. Ve de vacaciones al extranjero.
- ¿Quieres ser buen programador? No te preocupes por la calidad del código, mejor si lo entiendes tú sólo. Si compila, has terminado. Las pruebas no son tu responsabilidad. No te preocupes porque tu clase se integre con el resto del sistema, simplemente cumple las interfases. Usa muchas librerías que no hayas programado tú, copia y pega todo lo que puedas, así acabas antes, y si falla no es culpa tuya. Exagera el impacto técnico de cualquier cambio. Consigue que los problemas funcionales no sean asunto tuyo.