El séptimo hábito del modelo de Covey se titula: “afilar la sierra”. Las personas eficaces dedican su tiempo no solo a “cortar el árbol” (producción, huevos de oro) sino también a “afilar la sierra” (capacidad de producción, alimentar la gallina de los huevos de oro). El principio de la renovación, o lo que es lo mismo, la mejora continua, es importante para ser efectivo porque cada vez hay que saber más, hay que combatir el sedentarismo, dependemos mucho de los demás, y nuestro esquema de valores ha de ser reforzado constantemente.
El tiempo que dedicamos a la auto-renovación entra en la categoría de lo importante pero no urgente (cuadrante II, el cuadrante de la efectividad). Hay otras tareas importantes y no urgentes (grandes puntales, big rocks) que debemos resolver semana tras semana para tener una sensación de eficacia personal, pero es innegable que “estar mejor preparados” debe ser siempre uno de esos grandes puntales a tener en cuenta en nuestra planificación.
Esta preparación continua, para que sea completa, debe comprender las cuatro inteligencias del paradigma de la persona completa:
- Cuerpo: ejercicio, nutrición adecuada, control del estrés.
- Mente: leer, visualizar, planificar, escribir.
- Corazón: servicio a los demás, empatía, sinergia.
- Espíritu: clarificar los valores, compromiso, estudio, meditación.
El séptimo hábito de un Director de Proyectos Eficaz: Dirigir mejor el proyecto siguiente
Evidentemente, un Director de Proyectos Eficaz debe tener “bien afiladas sus cuatro inteligencias” como toda persona efectiva. Ahora bien, para ejercer su rol debe saber que en esta profesión nunca se deja de aprender, y que la forma efectiva de aprender es practicando.
A dirigir proyectos se aprende practicando: es este un aprendizaje continuo, cada nuevo proyecto un desafío y las verdaderas lecciones los errores cometidos
Cuando hemos dirigido unos cuantos proyectos, generalmente tenemos la constatación de que, después de terminar el proyecto enésimo, nuestro conocimiento en gestión es superior a cuando dirigimos el proyecto n-1, pero no solo un poco superior, sino bastante superior.
Si el proyecto ha sido suficientemente retador y estimulante (y lo hemos vivido como personas completas) quizá los 6 meses ha durado nos han valido por un crecimiento profesional de 2 años. No podemos comparar a dos Directores de Proyectos simplemente sobre sus años de experiencia. Evaluar a Directores de Proyectos siempre será una tarea difícil para el departamento de Recursos Humanos.
Desde nuestros primeros proyectos tenemos la intuición de que no sabemos todo, que es muy rentable preguntarle a otros Directores de Proyectos, investigar herramientas, relacionarse con otros profesionales, asistir a las reuniones de PMI, etc.
Un Director de Proyectos Eficaz está habituado a examinar constantemente tres ámbitos de mejora:
- lo que no ha ido bien en el proyecto
- lo que podría mejorar él mismo
- cómo hacer que su red de contactos sea cada vez más extensa
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